Una vez que el caldo se puso del tono morado de las antocianinas, lo distribuímos en distintos tubos de ensayo y mezclamos con diversas sustancias tanto ácidas como básicas. De igual manera, extrajimos los pigmentos de una rosa, cuyos pétalos habían sido mezclados y triturados en alcohol.
En dos de los tubos se dejaron las muestras de pigmento de rosa y de lombarda, como testigo de la tonalidad inicial. Después, gota a gota se añadieron diferentes productos, los cuales, según el grado de acidez o basicidad, dieron lugar a diferentes coloraciones.
- Ácido sulfúrico: color rojo.
- Ácido cítrico: rosa con fibras en suspensión.
- Amoníaco: verde con tonalidad amarilla en la parte inferior del tubo.
- Ácido clorhídrico: rosa muy fuerte.
- Vinagre: color indefinido de tonalidad amarillenta y con precipitado en el fondo.
- Carbonato de sodio: tonalidad verdosa, semejante al jade.
Álvaro y Enol.
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