Las experiencias que llevamos hasta ahora son de carácter didáctico en su mayoría, aprendiendo a utilizar los instrumentos del laboratorio, desde microscopios, lupas y demás hasta las pipetas Pasteur. No han sido prácticas de demasiada dificultad, pero en ellas ya hemos tenido algún incoveniente: un vaso de precipitados ya se ha precipitado al vacío y un servidor, no el que me acompaña, y mi compañero, Enol, hemos tenido una experiencia avataresca con el azul de metileno. La prueba:
En otro orden de cosas, nos estamos peleando con pieles de cebolla y cámaras de microscopio que no enfocan. Dentro de poco, analizaremos la cantidad de azúcar en una bebida, y publicaremos los resultados -esperemos no traer todos cocacola-. En nuestras tienen constancia a su vez de otra de las prácticas más populares, el espejo de plata.
Pañeda y Álvaro
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