Para empezar, tuvimos que preparar 5 disoluciones patrón con diferentes concentraciones de azúcar.
De esas 5 disoluciones tuvimos que extraer 10 ml y pudimos comprobar que su peso iba aumentando proporcionalmente cada vez que añadíamos más cantidad de azúcar.
Cuando ya habíamos hecho todas las disoluciones, vertimos parte de nuestro refresco (coca cola, fanta, aquarius…) en un matraz Erlenmeyer para desgasificarlo en el caso de que fuese necesario. A continuación medimos 10 ml y comprobamos cual era su peso.
Al finalizar fuimos a los ordenadores para hacer la gráfica y poder hallar el coeficiente de regresión, que tendría que tener un valor próximo a 1.
También calculamos la cantidad de azúcar del refresco a partir de los datos obtenidos y lo comprobamos con lo que indica el fabricante en la etiqueta de nuestro refresco.
En próximas entradas comentaremos cuales han sido los resultados de esta práctica.
María Pumares
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