Hay quien dice que los accidentes y la mala suerte no existen, que solo hay falta de medidas de prevención (aunque Mouriño no es de esa opinión), por lo tanto, tras el incidente del pasado lunes, el primero en la historia de la asignatura, se intentará por todos los medios que sea el último.
No habrá nadie dentro del laboratorio de Química sin gafas de seguridad (incluido el profesor) y se terminó lo de lucir las melenas al viento (en esto el profesor no tiene problemas).
Se respetarán y conocerán las normas de seguridad, a rajatabla.
Por otra parte, decir que me alegro mucho de que Paloma se recupere sin mayores consecuencias, pero lo ocurrido, aunque al final fue leve, nunca debería haber pasado.
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